Jueces Históricos

José Benjamín Gorostiaga

Retrato del juez José Gorostiaga

José Benjamín Gorostiaga fue legislador, convencional constituyente, ministro del Poder Ejecutivo, embajador plenipotenciario y presidente de la Corte. La influencia que tuvo en cada uno de esos roles, sobre todo como autor de una parte sustancial del texto constitucional y como ministro del Máximo Tribunal, lo coloca a la altura de los grandes próceres de la Argentina.

Gorostiaga nació en Santiago del Estero el 26 de marzo de 1823. En 1844 se graduó como abogado en la Universidad de Buenos Aires, con una tesis sobre “derechos hereditarios de los ascendientes legítimos”. Sus biógrafos destacan su precoz talento y elocuencia, así como su memoria prodigiosa. Estos atributos, sumados a una sólida formación jurídica, una amplia cultura general y una capacidad política infrecuente, lo convertirían en un referente insoslayable de su época.

Con relación a sus contribuciones para la gestación de la Carta Magna de 1853, los investigadores coinciden en que la influencia de Gorostiaga fue más que notable en el preámbulo y en la parte orgánica del texto. Si de paternidad se habla, la analogía le sienta bien: “Contribuyó a engendrar la Constitución (...), la ayudó a crecer a través de su reglamentación siendo legislador, al aplicarla como ministro del gobierno nacional y, por último, al interpretarla como presidente de la Corte”, resume Darío Nassif.

Con la Constitución estadounidense como molde, el santiagueño redactó el anteproyecto y fue una de las figuras destacadas del Congreso celebrado en Santa Fe. Tenía entonces 29 años y una incipiente carrera como abogado y funcionario. El año anterior había sido designado ministro de Hacienda bonaerense, convocado por Urquiza para acompañar en su gabinete al gobernador provisorio López y Planes. “De todos los miembros de la Comisión, Gorostiaga era el más ágil jurista y, seguramente, el que mejor conocía el derecho público de los Estados Unidos, instrumento fundamental de trabajo para la elaboración de la Constitución”, señala Jorge Vanossi.

Alojado en los altos de la alfajorería Merengo, establecimiento que sirvió de improvisado hospedaje para varios de los constituyentes, Gorostiaga exhibió un particular interés por los temas alusivos a la organización de los poderes de gobierno (así como su división y equilibrio), el federalismo y la libertad de culto, entre otros. La
Convención Constituyente, donde representó a su provincia natal y fue miembro informante de la Comisión de Negocios Constitucionales, significó una bisagra en su recorrido público.

Tras la Convención, Gorostiaga fue designado ministro de Hacienda y del Interior por Urquiza en el gobierno de la Confederación, luego elegido diputado por Santiago del Estero y nuevamente constituyente de cara a la reforma de 1860. El 10 de junio de 1865, Mitre lo designó en la Corte Suprema. Su arribo completó la formación prevista de cinco miembros, cubriendo la vacante que Valentín Alsina había dejado al rechazar el ofrecimiento en 1863. Pero Gorostiaga vería interrumpido su paso por la Corte el 12 de octubre de 1868, cuando renunció para formar parte del primer gabinete de Sarmiento. Fue su ministro de Hacienda por dos años y, en 1871, estuvo al frente del Banco Provincia. También fue convencional constituyente de Buenos Aires. 

El 9 de agosto de ese año, inició su segunda y más extensa etapa en el Máximo Tribunal: permaneció hasta su retiro en 1887, a los 64 años. Para entonces llevaba una década como titular del cuerpo, cuya presidencia ejerció desde el 1° de diciembre de 1877. 

Gorostiaga murió en Buenos Aires el 3 de octubre de 1891, a los 68 años. Alejado de los cargos públicos, seguía en actividad y comprometido con las causas que consideraba justas. El año anterior había participado de la “revolución del Parque” como miembro de la “Junta consultiva” de los revolucionarios, junto a Mitre y Bernardo de Yrigoyen, entre otros.