Jueces Históricos

Francisco Delgado

Retrato del juez Francisco Delgado

En tiempos de conformación institucional, Francisco Delgado fue un factor de unidad y consenso, a tal punto que fue el único juez propuesto para integrar primero la Suprema Corte de la Confederación y luego la Corte Suprema de Justicia de la Nación.

Tanto Justo José de Urquiza como Bartolomé Mitre supieron reconocer en él las mismas facultades que le admiraban sus colegas. “Moderado en la lucha, paciente y abnegado en la adversidad, generoso en la victoria”, lo describía Onésimo Leguizamón, su colega en el máximo tribunal. “La vida del doctor Delgado podría servir para vaciar el molde del tipo del varón justo, del varón prudente”, agregaba.

Delgado nació en Mendoza en 1795. Sus padres, don Juan Francisco Delgado y doña María Josefa Alvarez, eran allegados a José de San Martín. Él, por colaborar con el proyecto eman cipador; ella, por ser la madrina de la hija del General. Delgado cursó sus estudios preparatorios en su ciudad natal, y a partir de 1814 continuó su formación en Córdoba, primero en el Colegio de Monserrat y luego en la Universidad Nacional de aquella provincia.

“En mérito de su conducta moral y afanosa consagración al estudio”, según señalaba el juez de la Corte Salvador María Carril sobre Delgado, se le computaron sus clases seguidas en Mendoza, fuera de los claustros de la Universidad, lo que en aquella época no era común. 

Delgado fue miembro del Cabildo y de la Junta de representantes en Buenos Aires en 1820 y diputado en el Congreso Nacional reunido en Buenos Aires en 1824. En ese Congreso se designó a Rivadavia como presidente y se dictó una Constitución que terminó siendo rechazada por las provincias.

Ejerció la abogacía en Córdoba y en 1830 fue designado juez bajo la administración del General Paz. Diez años más trade emigró a Chile por haberse hecho sospechoso a los ojos de Juan Manuel de Rosas, y allí desempeñó varios puestos honoríficos. Recién en 1854 regresó al país para formar parte del primer senado de la Confederación en
representación de Mendoza. El 26 de agosto de ese año, Urquiza lo nombró para integrar la Corte Suprema de la Confederación, tribunal que no alcanzó a funcionar. Lo iban a acompañar Gabriel Ocampo, José Roque Funes, Martín Zapata, Facundo Zuviría, Bernabé López, José Benito Graña, Nicanor Molinas y Baldomero García.

En 1862 volvió a ser electo senador por Mendoza, cargo que abandonó al ser designado por el presidente Mitre para integrar la primera Corte Suprema argentina junto a Francisco de las Carreras, Salvador María del Carril y José Barros Pazos. Entre otros, Delgado intervino en los casos “Chanfreau c/Provincia de Corrientes” (Fallos 10:59), en el que se analizó la posibilidad de someter a las provincias a la jurisdicción de la Corte Suprema de acuerdo a lo dispuesto en el artículo 101 (hoy 117) de la Constitución; “Simón Luego” (Fallos 6:227), en el que se sostuvo la imposibilidad de que el Presidente de la Nación indulte a los procesados, y “Fisco Nacional c/Manuel Ocampo” (Fallos 12:134), donde el Máximo Tribunal sostuvo su carácter de órgano judicial supremo. También suscribió los casos “Videla” (Fallos 9:53), donde la Corte afirmó el carácter vinculante de su jurisprudencia; “Seste” (Fallos 1:317), donde se decidió que el Poder Ejecutivo no puede ser demandado por los particulares, y “Montaña” (Fallos 9:387), donde se declaró que el Poder Judicial carecía de facultades para hacer comparecer a quien previamente había sido detenido por el Poder Ejecutivo.

Delgado se desempeñó como juez de la Corte hasta el día de su fallecimiento, a los 79 años, el 11 de septiembre de 1875.