Jueces Históricos

Roberto Chute

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Desde su ingreso como meritorio al Poder Judicial hasta su paso por la Corte Suprema –de la que fue ministro decano– entre 1966 y 1973, Roberto Eduardo Chute, nacido en Buenos Aires el 23 de noviembre de 1903, forjó una prestigiosa trayectoria que sería reconocida en 1988 con la obtención del Premio Konex de Platino.

Egresado de la UBA, obtuvo el título de abogado en 1927 y se doctoró en jurisprudencia en 1944, con una tesis calificada de sobresaliente sobre “La Improcedencia de la expropiación cuando la tierra privada se ha afectado voluntariamente al dominio público”.

Fue nombrado secretario de un juzgado civil en 1930, juez de Paz Letrado de la Capital Federal (fuero que acababa de crearse) en 1934, juez de primera instancia en lo Civil (1938) y –por más de dos décadas– vocal de la Cámara Civil de Apelaciones de la Capital (1943-1966), cuya presidencia asumió en 1947.

Apreciado por sus colegas, integró la Comisión Reformadora del Código de Procedimientos en 1956 y dirigió la comisión encargada de reformar el sistema de archivos de los Tribunales porteños en 1958.

También tuvo, antes de ejercer la magistratura, una breve experiencia como empleado en la Dirección de Irrigación y como secretario en el Ministerio de Obras Públicas; y –a poco de recibirse– se desempeñó como subjefe de la sección legal de Obras Sanitarias.

Al Máximo Tribunal llegó designado por el presidente de facto Juan Carlos Onganía. Prestó juramento el 4 de julio de 1966 y compartió su integración, en distintos momentos, con Eduardo Ortiz Basualdo, Marco Aurelio Risolía, Luis C. Cabral, Guillermo Borda, Margarita Argúas y José Federico Bidau.

Las crónicas periodísticas señalan que “tuvo dentro de la Corte una actuación empeñosa” y “mantuvo una actitud de independencia del Poder Ejecutivo”. Diversos fallos favorables a la libertad de expresión, las garantías constitucionales y las libertades civiles reflejan esa postura. 

Entre otras sentencias, con su voto la Corte declaró inconstitucional la ley 17.642, de 1968, por la cual el gobierno quiso establecer un sistema de enjuiciamiento de los magistrados de las provincias, incompatible con el federalismo.

Además, fue delegado de la CSJN ante el Gobierno de España por la promulgación de la Ley Orgánica del Poder Judicial de ese país (1970).

Días antes de la asunción de las nuevas autoridades constitucionales, en mayo de 1973, presentó su renuncia, tal como lo hicieron sus pares.

Viudo desde 1957, cuando falleció su esposa María Lía Bieule, Chute murió el 1° de febrero de 2002, a la edad de 98 años, rodeado de sus dos hijos, nueve nietos y seis bisnietos. Para entonces, llevaba más de medio siglo viviendo en la misma casa de Adrogué, en el sur del conurbano bonaerense, donde construyó su hogar, y en su retiro mantenía una activa labor benéfica como socio honorario y albacea del Patronato de la Infancia.