Jueces Históricos

Genaro Carrió

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“Una magistratura compuesta por jueces independientes, bien remunerados, probos, idóneos, consustanciados con los valores de la democracia y del liberalismo político que inspiran a la Constitución Nacional, constituye una garantía concreta de los derechos individuales mejor que la que en la Argentina han ofrecido los otros órganos del Estado y los procesos democráticos reales que han tenido vigencia en ella”, afirmaba Genaro Rubén Carrió, presidente de la Corte Suprema entre 1983 y 1985, en una entrevista que le realizara, en 1990, el jurista Carlos Nino.

Nacido en Concordia el 16 de febrero de 1922, Carrió estudió abogacía en la Universidad Nacional de La Plata. Tras recibirse en 1944, cursó el doctorado, donde fue alumno del creador de la teoría egológica, Carlos Cossio, lo que despertó su interés en la filosofía del derecho. “Su concepción incluía tesis muy audaces –explicaba en el citado reportaje–. Algunas de ellas contrariaban todo el pensamiento iusfilosófico anterior y contemporáneo (...): el derecho no consiste en normas sino en conductas en interferencia intersubjetiva; las normas sólo son juicios que mencionan dichas conductas; la Teoría Pura del Derecho, en todo lo que tiene de básico o central, no es sino lógica jurídica forma”. Esas ideas novedosas y revolucionarias atraían a los jóvenes discípulos del enfoque cossiano: “Nos sentíamos partícipes –evocaría Carrió– de una cruzada dirigida a refutar y desplazar todo el pensamiento jurídico tradicional”.

Doctorado en Derecho y Ciencias Sociales por la UBA (1956), a mediados de la década siguiente recibió una beca que le permitió continuar su formación en la Southern Methodist University Law de Dallas, Texas. Allí obtuvo una maestría en derecho comparado e incursionó en la docencia, al tiempo que profundizó su aprendizaje respecto del sistema jurídico estadounidense. A su regreso, accedió al cargo de profesor titular de Introducción al Derecho en la UBA, y se acercó a las ideas de Herbert Lionel Hart, referente de la filosofía analítica, con las cuales tomaría contacto al concurrir a un curso de posgrado en en la Universidad de Oxford.

En paralelo, tradujo ensayos de filosofía del derecho y ayudó a difundir en los países de habla hispana las ideas de pensadores como Hart, Alf Ross, Hohfeld, J.L. Austin y Hare.

Entre su propia bibliografía se destacan los títulos El recurso extraordinario por sentencia arbitraria, Cómo estudiar y argumentar un caso y Cómo fundar un recurso. Su obra más trascendente, Notas sobre derecho y lenguaje, reúne diversos textos de su autoría. Publicada en 1965 y considerada un clásico de esta disciplina, alcanzó cuatro ediciones y numerosas reimpresiones.

También se desempeñó como director de Asuntos Jurídicos del Ministerio del Interior (1956), fue miembro de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA (1972-76) y fundó la Sociedad Argentina de Análisis Filosófico. En 1974 ganó el premio al Jurista del año.

A fines de 1983, Raúl Alfonsín lo nombró juez del Máximo Tribunal, y sus pares –José Severo Caballero, Augusto César Belluscio, Carlos Fayt y Enrique Petracchi– lo eligieron para presidirlo.

Aunque debió renunciar por problemas de salud en abril de 1985, dejó una huella imborrable que se prolongaría en su rol de coordinador del Consejo para la consolidación de la democracia, el cual integró hasta 1989.

Volcó su preocupación y sus propuestas para mejorar el funcionamiento del Poder Judicial en artículos como “Don Quijote en el Palacio de Justicia (la Corte Suprema y sus problemas)” y “Nuestro sistema de control de constitucionalidad y el principio del gobierno de la mayoría”, publicados por La Ley en 1989 y 1990, respectivamente.

Fue, además, vicepresidente de la Fundación Konex desde 1986 hasta su muerte, y encabezó en varias ocasiones el Gran Jurado encargado de seleccionar a los ganadores. Él mismo recibió una mención especial del galardón en 1996 en la categoría Humanidades.

Casado con Marta Maistrocchi y padre de cuatro hijos, Carrió murió el 17 de octubre de 1997, a los 75 años.