Jueces Históricos

Benito Carrasco

Retrato del juez Benito Carrasco

Nacido en Buenos Aires en 1815, hijo del médico Pedro Carrasco, Benito Carrasco (juez de la Corte entre 1868 y 1871) estudió en la Universidad de Buenos Aires y en 1837 se doctoró en Jurisprudencia con una tesis sobre el derecho de sucesión. Acusado por participar en la conspiración del coronel Ramón Maza, fue detenido el 31 de julio de 1839 y luego de varios meses en prisión logró fugarse a Montevideo, donde ejerció como abogado.

En 1843 se trasladó a Santa Catarina, Brasil, donde enseñó dibujo en escuelas y a hijos de familias adineradas, se casó con una de sus alumnas, María José Ferreira de Brito, hija del gobernador de la provincia de Santa Catarina, Antero José Ferreira de Brito.

Tras la caída de Juan Manuel de Rosas, regresó a Buenos Aires y ocupó varios cargos en la administración pública. A comienzos de 1860 fue miembro de la Convención del Estado de Buenos Aires para revisar la Constitución, ejerció luego como juez de primera instancia en el fuero civil y más tarde se desempeñó en la Sala Criminal del Superior Tribunal de Justicia del Estado de Buenos Aires, cargo que ocupaba cuando fue nombrado en el Máximo Tribunal.

Ingresó en la Corte Suprema en octubre de 1868, en reemplazo de José Benjamín Gorostiaga, quien renunció al cargo para integrar el gabinete del presidente Domingo Faustino Sarmiento. Como juez del tribunal, a Carrasco le tocó analizar la doctrina en torno a la competencia federal. En ese sentido, suscribió el célebre fallo “Chanfreau y Cía. contra la provincia de Corrientes” (Fallos: 10:59), una de las tantas decisiones en donde la Corte afianzó la autoridad del gobierno federal sobre las provincias, recordada también por ser la primera sentencia que se registró con disidencia (Marcelino Ugarte y Salvador María del Carril).

La última sentencia que firmó Carrasco fue en la causa “Lamas Regúnega y Cía. c/Paz, Alejandro”. Allí el tribunal dijo que la mención de distinto domicilio hecha por los contrayentes al tiempo de celebrar un contrato es prueba suficiente para determinar la competencia de los tribunales federales. Y agregó que, cuando procede por la diversa vecindad de las partes, no es necesaria la prueba de la nacionalidad del demandado (Fallos: 10:108).

Tras su fallecimiento por fiebre amarilla el 4 de abril de 1871, lo sustituyó el propio Gosostiaga (al que Carrasco había reemplazado), quien inició así su segunda etapa en el Tribunal.